
Un día nuestro personaje, tratando de lavar su yunque para hacer sus figuras de metal en el lavaplatos, lo dejó caer haciendo un gran alboroto de ruidos secos y pesados, y un movimiento en el departamento como si fuera un sismo vibrante; aparte de lograr hacer un orificio en la cerámica. Al asomarse por este nuevo mundo que se abría a sus ojos (esos ojos especiales capaces de observar y ver) encontró la respuesta a aquel problema que lo aquejaba durante aquellas veladas nocturnas encima de su cama. El gerente del Holding Internacional de Fábricas Ilegales de Canicas en Entrepisos salió a recibirlo muy enojado, por poco el yunque mata a dos de sus empleados.
Nuestro personaje, sin chistar, logró exigir lo que era obvio y colocar al gerente en su lugar diciendo: "¿Por qué, cuando compré el departamento, no me dieron el envase de canicas que tienen los demás vecinos y que se les cae o las echan a rodar durante las noches?"
2 comentarios:
me gustan las historias, me gusta tu estilo para escribir ^^ Dios te bendiga por tus talentos!
sigo asombrada por tu maravilloso talento!!!
felcitaciones!!!
gusto en conocerte!!!
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