miércoles, octubre 29, 2008

El Almuerzo (Cortázar)


No sin trabajo un cronopio llegó a establecer un termómetro de vidas. Algo entre termómetro y topómetro, entre fichero y curriculum vitae.
Por ejemplo, el cronopio en su casa recibía a un fama, una esperanza y un profesor de lenguas. Aplicando sus descubrimientos estableció que el fama era infra-vida, la esperanza para-vida, y el profesor de lenguas inter-vida. En cuanto al cronopio mismo, se consideraba ligeramente super-vida, pero más por poesía que por verdad. A la hora del almuerzo este cronopio gozaba en oír hablar a sus contertulios, porque todos creían estar refiriéndose a las mismas cosas y no era así. La inter-vida manejaba abstracciones tales como espíritu y conciencia, que la para-vida escuchaba como quien oye llover tarea delicada. Por supuesto la infra-vida pedía a cada instante el queso rallado, y la super-vida trinchaba el pollo en cuarenta y dos movimientos, método Stanley-Fitzsmmons. A los postres las vidas se saludaban y se iban a sus ocupaciones, y en la mesa quedaban solamente pedacitos sueltos de la muerte.

Para leer en forma interrogativa (Cortázar)

Has visto
verdaderamente has visto
la nieve los astros los pasos afelpados de la brisa
Has tocado
de verdad has tocado
el plato el pan la cara de esa mujer que tanto amàs
Has vivido
como un golpe en la frente
el instante el jadeo la caìda la fuga
Has sabido
con cada poro de la piel sabido
que tus ojos tus manos tu sexo tu blando corazòn
habìa que tirarlos
habìa que llorarlos
habìa que inventarlos otra vez.

viernes, julio 18, 2008

Enrique V. Acto 4. Escena III


Este es el día de San Crispín.
El que sobreviva a este día y vuelva sano y salvo a su casa,
se izará sobre las puntas de los pies cuando se mencione esta fecha,
y se crecerá por encima de sí mismo al oír el nombre de San Crispín.
El que sobreviva a este día y llegue a la vejez,
cada año, en la víspera de esta fiesta, invitará a sus amigos
y les dirá: "Mañana es San Crispín".
Entonces se subirá las mangas y, al mostrar sus cicatrices, dirá:
"Recibí estas heridas el día de San Crispín".
Los ancianos olvidan, pero incluso quien lo haya olvidado todo,
recordará aún las proezas que llevará a cabo hoy.
Y nuestros nombres serán para todos tan familiares
como los nombres de sus parientes,
y serán recordados con copas rebosantes de vino:
el rey Enrique, Bedford y Exeter, Warwick y Talbot,
Salisbury y Gloucester.
Esta historia la enseñará un buen hombre a su hijo,
y desde este día hasta el fin del mundo
la fiesta de San Crispín nunca llegará
sin que a ella vaya asociado nuestro recuerdo,
el recuerdo de nuestro pequeño ejército,
de nuestro pequeño y feliz ejército, de nuestra banda de hermanos.
Porque quien vierta hoy su sangre conmigo será mi hermano;
por muy vil que sea, esta jornada ennoblecerá su condición.
Y los caballeros que permanecen ahora en el lecho de Inglaterra,
se considerarán malditos por no estar aquí,
y será humillada su nobleza cuando escuchen hablar
a uno de los que haya combatido por nosotros
el día de San Crispín.


"(I)Vi (II)veni (III)veniversum (IV)vivus (V)vici"

viernes, mayo 30, 2008

La necesidad de Expresar


La libertad...
Aunque el alma se haya liberado, la necesidad de expresar sigue allí...
Es por eso que regresa a buscar a su amigo oráculo y a su reflejo en el espejo...
Porque la felicidad y la tristeza son sentimentos que nacen para salir a la superficie
y si se mantienen adentro, la libertad se pierde en el camino.
Ya no es una bestia salvaje que está encerrada, pero al igual que un animal salvaje suelto por los parajes de la vida, expresa la fuerza de sentirse al fin en el ambiente en el que siempre debió estar.
La libertad, así como la felicidad no es totalitaria, y es allí donde nace un equilibrio, como el final del arcoiris, un lugar donde aparece otra vez el lápiz y el papel.
La libertad...