miércoles, mayo 05, 2010

La Caja


Nuestro personaje ha vivido toda su vida encerrado en su casa. Frente a los problemas cotidianos que se le iban presentando muchas veces con facilidad, y otras con cierta dificultad, sabía superarlos. Al superarlos, quedaba con cierta satisfacción y orgulloso de su creatividad al saber lograr abrocharse los zapatos con una sola mano, abrir la ventana con la boca, regar las plantas con la ducha a larga distancia o tostar el pan mientras veía televisión y hablaba por teléfono a la vez. No existía otro mundo más que ese, sus ojos no le permitían llegar más allá. Sabía que existía una puerta que daba a la calle, pero jamás se pasó por la mente darle una cierta importancia.
Un día, tratando de regar el antejardín desde la ventana con un vaso de agua que iba a llenar a la cocina cada vez que lanzaba su contenido, se dio cuenta que había un gran tubo flexible afuera conectado a un grifo. Exitadísimo de haber encontrado una nueva forma de hacer barro, se dio cuenta para qué servía la puerta de calle.

sábado, mayo 01, 2010

Nostalgia

Como imágenes pegadas en una película. Pegadas aleatoriamente. Lógicamente aleatorio.
Juntar un universo de recuerdos sin revolverlos.
Y su reproducción funciona perfecto; aunque no se le exija, cada una tiene una explicación. Cada pasado está unido a un presente de forma extrañamente coincidente.
Sonreir, tristeza, cariño, recuerdos de sentimientos pasados buenos y malos que son perfectamente comparables con hoy.
Se añora. Pero debe existir el único recurso. La certeza de que hoy es mejor.