lunes, marzo 22, 2010

Despertar


A lo lejos se escucha, es ese sonido muchas veces odiado que avisa con todas sus ganas que una nueva semana comienza.
Con el cuerpo inmensamente pesado, lentamente comienza el proceso de pasar de una posición horizontal a una posición vertical. El movimiento de los mienbros es forzoso, como si se trataran de despegar de un inmenso adhesivo que ocupa el lugar del colchón.
Una vez sentado, una mano se acerca al rostro, empujando fuertemente la palma y recorriéndolo hacia abajo, intentado arrastrar consigo toda esa pesadumbre.
Al lograr ponerse de pie, comienza otro proceso, rutinario y quizás inconsciente. Se abren puertas, se sacan objetos y prendas. Paso a paso el proceso espabila, hasta tener conciencia completa.
Dependiendo de las condiciones del día, del tiempo perdido o de la demora de despegarse de ese inmenso adhesivo, el horario de salida va variando, de a poco todo se está volviendo más real. Por lo menos ya está de pie.
Sorpresivamente algo quiebra la rutina mañanera. A lo lejos se escucha ese sonido, muchas veces odiado que avisa con todas sus ganas que una nueva semana comienza. Ha llegado la hora de despertar.

miércoles, marzo 17, 2010

Es Natural

Es natural que extrañe tu modo de hablar,
hoy todo está tan frío y ves.

Es tonto tratar de olvidar, es parte del castigo.

Si te cambiaste de ciudad,
por todo el mundo viajaré.

Es imposible soportortar
seguir perdiéndote.

¿A dónde vas?
Hoy tengo ganas de volverte a ver.
¿A dónde estás?

No supe muy bien qué decir
mientras te vestías.
Corriste a través del jardín
y así desaparecías.

Seguí tus huellas hasta el mar
pensando que volvíamos los dos.
Fue inmensa la oscuridad
y desperté volviendo a empezar.

Los Ladrones Sueltos.

sábado, marzo 13, 2010

Es que es cosa de gustos...

Nuestro ya conocido personaje se ha visto expuesto a un pasaje que no había tomado en cuenta antes. El simple hecho de los gustos. ¿Cómo es posible que a uno lo juzguen por tener determinados gustos? El personaje entró en una completa desesperación del sólo hecho de pensar que todo el resto de los personajes le están envenenando la cabeza para hacerle pensar que sus gustos son una real estupidez.
Por esto se dirigió al museo, percatándose que aquellas obras con las cuales él gozaba, otros no la tomaban en cuenta.
Horrorizado, pero aún con la esperanza de tomar el control de su cabeza, decidió tomar cartas en el asunto. No podía concebir de forma alguna que su orientación haya sido descalibrada por algún imán cercano. No podía concebir que debía recalibrar su definición de lo estético.
Obviamente no iba a darles en el gusto al resto, admirando aquel arte del cual no disfrutaba. No!, esas obras son demasiado lindas, demasiado bellas, demasiado hermosas. Eso no es para él...
De esta forma su plan se completó al enrolarse en el ejército. Cuando iba marchando y al escuchar la orden firme y violenta, todos dieron vuelta a su izquierda, pero él giró a la derecha, dejando de manifiesto que todos están equivocados, menos él.