sábado, diciembre 31, 2011

Happy New Year (el mío, no el de Cortazar)


Es que la verdad no sé que pedir,
porque cuando uno no sabe lo que le ocurre a esa parte de uno
donde las guitarras se estiran alargándose como chicles
y caen en formas derretidas como un cuadro de Dalí.
Divagando en aquellas imágenes que asaltan
y sutilmente van infectando aquellos pasajes que se deben tener claros,
que conducen al sentido común, donde todas las puertas se mantienen abiertas.
Porque es fácil así.
Al otro lado invade la ambigüedad, donde sólo existen supuestos,
como el perro que cazará al gato, o la pantera que le teme a las alturas sin poder volar.
Sólo sería bueno saber, si al mirar a tus ojos otra vez
desaparecerá aquel sentimiento de muerte.
Al ver dibujada esa mueca parecida a lo que debería ser una sonrisa.
En esta noche donde pareciera que se desatara un demonio encerrado por mucho tiempo.
Imágenes de solitarias calles iluminadas con luz naranja y tupida flora en sus costados.
Sería bueno volver a sentir esa conexión de un sentimiento que ya olvidé,
pero al calor de la mirada es como si nunca hubiera desaparecido.
Más que la mirada, es el aire y la tibia corriente que se entreteje perfectamente.
Y todo desaparece, los astros podrían caer y los grillos friccionar sus patas,
y todo sería perfecto.

sábado, diciembre 03, 2011

El Breve Amor (Cortázar)


Con qué tersa dulzura
me levanta del lecho en que soñaba
profundas plantaciones perfumadas,
me pasea los dedos por la piel y me dibuja
en el espacio, en vilo, hasta que el beso
se posa curvo y recurrente
para que a fuego lento empiece
la danza cadenciosa de la hoguera
tejiédose en ráfagas, en hélices,
ir y venir de un huracán de humo-
(¿Por qué, después,
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre las cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
de liberar las manos ?).