Nos lo arranca, nos lo despoja. Sus garras no perdonan.
Aquellas imágenes fantasiosas que vivían en nuestra mente van desapareciendo.
Y son pocos los que logran ocultarse de este temible enemigo.
Y son pocos los que logran ocultarse de este temible enemigo.
Los que han logrado salvarse, poco les ha quedado, pero han logrado usarlo, madurarlo.
Y allí Cronos perdona la deuda y presta ayuda hasta el fin.
Y allí Cronos perdona la deuda y presta ayuda hasta el fin.
Pero los que no lo han logrado olvidan una parte importante de su ser.
Se vuelven máquinas y borran de su mente aquello que le entrega magia a la vida.
Se vuelven máquinas y borran de su mente aquello que le entrega magia a la vida.
Así es que hay que poner en práctica ese viejo dicho:
"Si no puedes con tu enemigo, únetele".
"Si no puedes con tu enemigo, únetele".
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