martes, enero 19, 2010

¿Qué te atrae?


En una de las grandes aventuras rutinarias de nuestro personaje, un día se topó con algo que le abrió una puerta. Al abrir y escuchar el chirrido de los goznes que lo molestaron de sobremanera; los vértices, figuras onduladas, hendiduras y pequeños cerritos que jugaban de forma espectacular con la luz que emanaba de aquel carro prepotente imparable, lo enamoraron de una forma muy particular. No es ese enamoramiento de poseer, es un enamoramiento del que habla el lenguaje de unos pocos, de aquellos que tienen otra conexión con el mundo, de aquellos que tienen otros ojos para observar, de aquellos que pueden reírse y burlarse con gran derecho del resto, porque sólo ellos han aprendido a apreciar las bellezas y los manjares visuales para los que muchos están ciegos.
Ella se dio cuenta, pero no entendió. También era ciega.

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